Cosas de clase

"A" mira el móvil. "P" se duerme. Se le ve en la cara. "R" mira y ríe. "A" enseña orgulloso su púa malva. "R" se sigue riendo. La rubia se urga en las uñas. Peor sería que lo hiciera en la nariz. El profesor habla de manera abstracta. Lo dice él. "R" bosteza. Normal, esto es un tanto aburrido. La rubia se aburre también. Yo tengo hambre. Media clase duerme. Alguno que otro se queda boquiabierto. "P" se interesa por lo que escribo. Tiene curiosidad.
"Mientras vuestras mentes tratan de encontrar algo que tenga sentido para escribir, nuestros maciñolentos ojos no dejan de cerrarse gracias a la tamaña lección de Ricky. Comprobación de errores. Errores. ¿Cuán enorme colección de errores tendremos cada uno de nosotros, míseras almas sin pena, en este largo camino que nos queda por recorrer? Suerte que tenemos una figura sobre la que apoyarnos. Oh! Fiel "B", señor de los perros, rey de los no-rayados, asístenos en este momento de flaqueza".
A estas alturas de clase, podemos ver cómo la olla que cuece las neuronas de "A" se va alejando poco a poco. Asusta, realmente.
La rubia se quita/come los mocos con su pañuelo semi-usado. Usar y tirar. No me tires! No me mires. Déjalo ya. Que no me he puesto el maquillaje-je-je...
Frase del día: Siempre hay alguien mirando.

Un pobre usuario navega a través de las listas enmarañadas por el arquitecto programador, tambaleándose arriba y abajo a través de punteros a otras posiciones vacías o al menos, menos concurridas.

No me gusta tu fiesta, chaval.

Nulo completamente.
Un murmullo empieza a levantarse en el aula. La hora se acerca.
¿Otro café?
Te he dicho que no me gusta tu fiesta.
Toma! Baila con mis variables!
La posición no es válida.
Me vas a enseñar tu a bailar?
Los booleanos siguen tocando. El ritmo true-false no para.
Baila antes de que acabe la canción.