jueves, abril 19, 2007

La fuga de un sueño

A lo largo de mi vida he aprendido que la mejor forma de conseguir algo es luchar por él. Que no llegará por arte de magia, que no caerá del cielo diciendo: "Aquí estoy, llevas tiempo esperándome pero ya puedes estar tranquilo". Normalmente luchas por un sueño. Por alcanzar una meta que te has planteado desde siempre y que parece tan lejana...Pero, ¿qué es mejor? ¿Alcanzarla, o el trayecto que caminas hasta conseguirla? Una vez que has cumplido el objetivo...¿qué? ¿Un nuevo sueño? No digo que yo haya realizado el mío, todavía. Lo veo tan cercano a veces...tanto como lejano otras tantas. Y me pregunto, ¿necesito vivir con ese sueño? ¿Necesito tener una meta para seguir peleando día a día, cuando sé que es probable que no se cumpla? Me leo a mí mismo y joder, sé que soy pesimista, pero esto me puede. Es como un diente de león que se te escapa entre los dedos. Crees que lo tienes...pero un golpe de viento hace que se esfume. Me imagino que esto va por épocas, por edades. Pero soy consciente de que todo tiene su fin, y hablo de mi vida. No me gustaría irme sin cumplir mi sueño, por muchos años que me lleve, por muchas gotas de sudor y kilómetros a la espalda. Tiempo, a veces aliado, a veces enemigo. Distancia, maldita hija de puta...

Enséñame

Enséñame a no confiar en ti. A no quererte. A no esperarte. Enséñame que hay una vida sin ti que merece la pena vivir. Enséñame a tener esa seguridad que sólo tú me das. Enséñame a mantener la luz de la esperanza siempre encendida. Convénceme de que si tú no estás, mañana seguirá saliendo el sol. Y que miraré a la luna de igual modo que antes. Dime que todas esas canciones volverán a tener sentido. Y entonces puede que salga de tu mundo.